Tal y como predijeron los expertos, Estados Unidos registra nuevos récords de contagios de COVID-19 diarios después de las reuniones de Acción de Gracias. Mientras, muchos hospitales en el país viven una situación de colapso o están cerca de desbordarse por el ingreso de pacientes con síntomas graves de coronavirus.
Zana Cooper recibió una noticia que le causó “mucho enojo” el domingo después del día de Acción de Gracias: había dado positivo por COVID-19. Unos días antes, participó en una cena con la familia de la novia de su hijo. Tras enfermarse, ha tenido fiebre, dolor de cabeza, y en los últimos días se le ha hecho más difícil respirar. Un médico determinó que también su hija y dos nietos, quienes viven con ella en California, están contagiados.
Desde ese festivo de finales de Noviembre, Estados Unidos ha registrado nuevos récords de casos confirmados en 24 horas, mientras que muchos hospitales en el país viven una situación de colapso o están cerca de desbordarse por el ingreso de pacientes con coronavirus. Durante los últimos 19 días, más de 35,000 personas murieron tras enfermarse, según nuestra cadena hermana NBC News.
En todo el país, rastreadores de contactos y médicos de urgencias escuchan repetidamente de los nuevos pacientes con coronavirus que socializaron durante Acción de Gracias con personas de fuera de sus hogares. Esto ocurrió a pesar de las enfáticas advertencias de los responsables de salud pública sobre la necesidad de quedarse en casa y tomar otras precauciones para evitar rebrotes, pues la situación ya estaba grave.
Una mujer es hospitalizada el pasado 4 de diciembre en Manhattan, Nueva York, mientras el país vive una oleada de contagios de COVID-19 y muchos centros médicos se están desbordando. REUTERS / REUTERS
“Es un aumento por encima del aumento actual”, explica Ali Mokdad, profesor de ciencias de métricas de salud en la Universidad de Washington en Seattle, a la agencia de noticias The Associated Press. “Honestamente, es una señal de advertencia para todos nosotros”, agrega.
Las consecuencias de ese posible cocktail explosivo de situaciones de riesgo para la propagación del virus (reuniones de varias personas de distintas familias, viajes, celebraciones en espacios cerrados…) todavía está por calcularse por completo. Darlene Smith, directora de Salud Pública del condado de Steuben, Nueva York, explica por ejemplo que aún se desconoce a cuántas más personas contagiarán quiénes dieron positivos tras las fiestas y cuántos eventualmente necesitarán una cama en cuidados intensivos. “Es un efecto dominó”, asegura.
Uno de estos casos es el que viven la familias de Harry y Ashley Neidig, de Shepherdstown, West Virginia. Los dos dieron positivo por COVID-19 la semana pasada. Creen que se contagiaron en el trabajo, pero después celebraron el Día de Acción de Gracias con familiares de ambos, sin saber todavía de su exposición al coronavirus.
Tras dar positivo, advirtieron a las personas con las que estuvieron en contacto. Algunos todavía estaban esperando los resultados de las pruebas cuando la pareja contó su caso a AP esta semana.
Debido a la situación, los hospitales de varias áreas del país están bajo una presión extrema, por ejemplo en Mississippi o en el valle de San Joaquín en California, donde este sábado ya no había ni una sola cama de cuidados intensivos disponible.
En tal estado de las cosas, cada vez más trabajadores sanitarios se sienten exhaustos y desmoralizados. “Estoy allí todos los días”; contó al diario Los Angeles Times el neumólogo Eyad Almasri, que trabaja en Fresno, California, “he visto a la gente morir”.
Y al mismo tiempo, muchas personas se encuentran en una situación económica demasiado frágil como para poder asumir sin consecuencias las restricciones impuestas por las autoridades en un intento desesperado de contener los contagios. “A principios de año no teníamos ninguna deuda. Ahora debemos 300,000 dólares”, dijo al mismo diario Dino Ballin, dueño de una peluquería en ese estado.
Pero lo más duro todavía no ha terminado, y las próximas festividades previstas este mes pueden empeorar aún más la situación si no se toman medidas que harán que las celebraciones este año tengan poco que ver con las habituales, alertan los expertos.
“Este no es el momento de invitar a los vecinos a cenar. No es el momento de comenzar a celebrar fiestas”, alerta Joshua LaBaer, investigador de la Universidad Estatal de Arizona. Mientras tanto, Estados Unidos ya está volcado en el mayor esfuerzo de vacunación de su historia para intentar acabar lo antes posible con una pandemia que ya se ha cobrado la vida de casi 300,000 personas en menos de un año.
Fuente: Telemundo
(function(d, s, id) {
var js, fjs = d.getElementsByTagName(s)[0];
js = d.createElement(s); js.id = id;
js.src = ‘https://connect.facebook.net/en_US/sdk/xfbml.customerchat.js#xfbml=1&version=v6.0&autoLogAppEvents=1’;
fjs.parentNode.insertBefore(js, fjs);
}(document, ‘script’, ‘facebook-jssdk’));
Source: https://ayraza.com/2020/12/14/estados-unidos-paga-el-precio-por-las-celebraciones-de-accion-de-gracias-con-records-de-contagios-de-covid-19-y-hospitales-colapsados/